Los trastornos depresivos se caracterizan por un estado de tristeza prolongada en el ser humano, la cual interfiere en su vida diaria, en su funcionalidad y en sus condiciones físicas y emocionales que le impiden aclarar sus pensamientos. En el Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM-5), se reconocen diferentes tipos de trastornos depresivos:
Entre otros que interfieren en el componente emocional de la persona
La revista Colombiana de Psiquiatría, en el artículo: “Significado del síndrome depresivo para médicos generales en una región colombiana”, define el síndrome depresivo como un cuadro clínico que presenta un gran número de signos y síntomas. Bajo esa línea y abordando el trastorno depresivo mayor, el Child Mind Institute lo denomina como un episodio de depresión severo que tiende a durar entre siete y nueve meses.
Asimismo, el DSM V considera que si una persona se encuentra deprimida la mayor parte del día, siente desinterés en sus actividades, tiene pérdida de peso, presenta dificultades al dormir, tiene fatiga o sentimientos de inutilidad, puede presentarse como un cuadro de depresión mayor.
Un estudio, realizado por la misma revista, recopiló experiencias de varias personas que han tenido que enfrentar estos episodios, incluyendo profesionales de la salud. Los relatos conducen a las siguientes conclusiones:
El trastorno depresivo mayor atraviesa por varios estados y por una sintomatología variable.
Todos los depresivos son iguales pero necesitan atención diferenciada según las amenazas identificadas.
Una de las causas de mayor implicación en los síntomas es la carga emocional que se genera durante el cuadro depresivo.
Es de gran importancia identificar las asociaciones para saber de dónde proviene el síndrome depresivo, es decir, los motivos emocionales que desencadenaron este estado.
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De acuerdo con la clínica Galatea de Barcelona, el trastorno depresivo mayor puede estar atado a un agotamiento emocional que se acompaña de síntomas de ansiedad, depresión o la combinación de ambos. Las factores de riesgo son múltiples, pero los que se presentan con mayor frecuencia son:
Horas insuficientes de sueño y descanso por largas jornadas de trabajo
No adoptar hábitos alimenticios saludables
Escasez de horas para el ejercicio físico
Tratamiento equivocado de enfermedades crónicas
Personalidad orientada al perfeccionismo, sobreejecución y autoexigencia para obtener resultados óptimos
Necesidad de tener todo bajo control, esto se asocia con el perfeccionismo y genera un sobreesfuerzo mental y conductual
Buscar aceptación y aprobación ajena. Esto impide u obstaculiza la capacidad de decisión, cada acto tendrá dependencia de aprobación por parte de un tercero, causando agotamiento emocional y de otros ámbitos
Condiciones precarias de trabajo: largas jornadas de trabajo, baja remuneración, relaciones conflictivas, entre otras
Altas exigencias, baja motivación y sin los medios o herramientas requeridas para la labor profesional
Cuestionamiento de los pacientes o juzgamientos de mala praxis
Según Middlesex Health existen varias maneras de diagnosticar el trastorno depresivo, entre las cuales tenemos:
Uno de los pasos iniciales es la exploración e indagación sobre tu estado de salud. En muchas ocasiones, la depresión puede estar relacionada con un problema físico no diagnosticado.
En este paso, el profesional tratante puede ordenar un análisis de sangre denominado hemograma completo o, por otro lado, puede revisar que la glándula tiroides esté funcionando correctamente.
El profesional hará un seguimiento exhaustivo y realizará preguntas relacionadas con:
Sintomatología
Pensamientos
Sentimientos
Patrones de conducta
Durante la consulta acudirá a distintos métodos de indagación como encuestas, cuestionarios, entre otros.
El profesional de la salud que esté a cargo puede acudir a los criterios del Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM-5), el cual funciona como una herramienta vital para diagnosticar y clasificar desórdenes psicológicos. Dentro de la clasificación se valora si la persona cuenta con 5 de estos síntomas para considerarlo, aparentemente, como un cuadro de depresión mayor.
El profesional que atraviesa esta situación puede presentar diversos síntomas que perduran durante todo el episodio depresivo, algunos de estos son:
Sentimiento de tristeza, vacío o desesperanza
Irritabilidad, frustración o enojo por situaciones de baja relevancia
Pérdida de interés por actividades rutinarias o que causaban un sentimiento positivo: pasatiempos, deportes, entre otros
Insomnio o exceso de sueño
Agotamiento y falta de energía para llevar a cabo pequeñas tareas
Falta de apetito o ansiedad para comer en mayor proporción
Demoras en procesos de razonamiento y movimientos corporales lentos
Dificultad para concentrarse, pensar o tomar decisiones
Pérdida de memoria o capacidad de recordar
Dolores físicos de intensidad variable
Entre otros
Es importante cumplir con las recomendaciones dadas por el profesional, en algunos casos se recomiendan medicamentos especializados o psicoterapia para aliviar o disminuir el impacto de los síntomas. Adicionalmente, quien sufra de depresión podrá seguir las siguientes recomendaciones:
Aprender y estar actualizado sobre esta patología emocional permite ganar fuerza y motivación para seguir al pie de la letra las recomendaciones de los profesionales. Es importante que el círculo cercano de la persona también conozca sobre la depresión, de tal forma que pueda entender, comprender y reaccionar de forma asertiva.
La persona afectada deberá asumir hábitos y rutinas para evitar el estrés. Las acciones deben apuntar a mejorar la resiliencia y levantar el autoestima.
Este punto es complemento del paso 1. Al aplicarlo tendrás la oportunidad de identificar los síntomas o signos de alarma, de tal forma que puedas elaborar un plan de acción para sobrellevar los efectos del trastorno depresivo mayor. En caso de cambios notorios y drásticos, se recomienda consultar con un médico especialista en tratar episodios depresivos.
Siempre es bueno tomar aire, pensar, reflexionar y visibilizar lo que en realidad se quiere. Para este proceso, en muchas ocasiones, se requiere restringir las obligaciones, fijar metas alcanzables y distraer la mente en momentos de ansiedad depresiva.
El año anterior, Medscape realizó una encuesta para analizar el estado anímico de algunos profesionales de la salud, de acuerdo con los resultados se puede concluir que:
El 45% de los médicos que sufren de depresión no piden ayuda
El 31% manifestó sentir agotamiento
El 16% experimenta emociones y síntomas relacionados con el síndrome de Burnout y trastornos depresivos
El 60% no ha buscado apoyo con profesionales de salud mental
Al validar por las posibles causas que originan el agotamiento emocional, se obtuvieron los siguientes resultados:
El 77% lo relaciona con exceso de trabajo y burocracia
El 46% lo relaciona con una remuneración insuficiente
El 34% lo relaciona con el uso de la tecnología
El 33% lo relaciona con la cantidad de horas que pasa en su trabajo
Son diversas las razones que pueden llevar a un trastorno depresivo mayor, por eso desde la S.C.A.R.E. y FEPASDE recomendamos seguir cada recomendación con disciplina para superar los síntomas y los escenarios depresivos de forma definitiva. Acude a los profesionales, cambia de hábitos y piensa en tu bienestar.
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