El trastorno de ansiedad se refiere a la preocupación excesiva de contraer una patología de alta complejidad mientras se ejerce una profesión en el sector salud. En muchas ocasiones no presenta molestias físicas o alguna sensación corporal, por lo que identificarlo no es tan sencillo. Esta enfermedad también se conoce como hipocondriasis o ansiedad por la salud.
Mayo Clinic, en su artículo sobre trastornos de ansiedad, manifiesta que las personas que reciben un diagnóstico de hipocondriasis, también pueden tener un diagnóstico de trastorno de ansiedad como enfermedad, en donde el miedo y la preocupación se centran como las sensaciones principales.
Este trastorno se desarrolla a largo plazo y su gravedad puede variar con la edad o en momentos de estrés crónico. Para tratar esta patología no se recomienda la automedicación, se requiere una asesoría psicológica especializada y apoyo médico que permita aliviar la sintomatología.
El trastorno de ansiedad es común en aquellos escenarios donde la posibilidad de contraer una enfermedad es alta, se caracteriza por síntomas de ansiedad como:
Preocupación excesiva por creer que se tiene una enfermedad grave
Preocupación por creer que síntomas “leves” o sensaciones corporales son indicios de una enfermedad crónica
Preocupación constante por el estado de salud propio
Intranquilidad después de la consulta con el médico o al obtener resultados negativos en exámenes de diagnóstico
Preocupación constante por contraer una patología en específico o creer que se encuentra en la familia
Angustia excesiva incluso en enfermedades de bajo riesgo
Sentir la necesidad de examinar el cuerpo con frecuencia para detectar algún tipo de sintomatología
Asistir a consultas médicas con frecuencia alta para descartar la existencia de alguna enfermedad
Evadir el médico por temor a un diagnóstico negativo
Evadir lugares, actividades o personas qué signifiquen algún tipo de riesgo patológico
Buscar con insistencia sobre algún síntoma o enfermedad
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Esta patología se presenta con mayor probabilidad en la edad adulta y, sin el tratamiento adecuado, puede complicarse con el paso de los años. Para el caso del personal de la salud, este trastorno se puede presentar por factores de riesgo potenciales como:
Bajo rendimiento laboral o situaciones adversas de forma reiterada que aumentan la ansiedad
Problemas familiares o de relacionamiento social
Inconvenientes para afrontar y solucionar el día a día
Limitantes financieros o deudas que significan una cantidad importante de dinero
Tener síntomas de otros trastornos que afectan la salud mental como: trastorno somatomorfo, de la personalidad o depresión
A estas causas se les pueden sumar episodios de estrés, antecedentes de alto impacto emocional, personalidad ansiosa o problemas secundarios a nivel personal que no se manejan adecuadamente.
Algunas investigaciones coinciden en que no hay un tratamiento con efectividad total, sin embargo, el paso esencial es asesorarse con un profesional y seguir las recomendaciones que implican adoptar nuevos hábitos de vida.
A pesar de que no hay procedimiento médico certero, se aconseja seguir las siguientes indicaciones:
Lo ideal es buscar ayuda psicológica y asesoría profesional para enfrentar los síntomas que se derivan de la ansiedad, evitando alguna complicación que afecte la calidad de vida del paciente.
En muchas ocasiones no se ve el estrés o las vivencias de alto impacto como un riesgo para la salud mental y emocional, por eso lo recomendable es reconocer que estos episodios afectan el cuerpo y se deben manejar con apoyo profesional.
La ansiedad se puede tratar con técnicas que controlen el estrés o produzcan una relajación absoluta en periodos de dificultades laborales, profesionales o personales.
Si bien las investigaciones conducen a que aún no hay una cura para el trastorno de ansiedad, se recomienda seguir al pie de la letra las indicaciones del médico tratante para evitar recaídas o el agravamiento de la sintomatología.
En conclusión, para tener una salud mental fortalecida, se aconseja llevar una vida tranquila, organizada y saludable en todos los contextos del día a día. Además, es de vital importancia tener tiempo para sí mismo, un instante de desconexión qué facilite el descanso mental.
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