Antes de entrar en materia, es importante mencionar que, de acuerdo con la Asociación Médica Mundial, el bienestar para un profesional médico consiste en la optimización de aquellos factores que afectan la estabilidad emocional y el estado de salud a nivel biológico, psicológico y social.
Reducir u optimizar estos factores traen múltiples beneficios, como por ejemplo:
Se evita, posiblemente, que se agudicen las enfermedades crónicas
Se disminuyen las discapacidades o incidentes que surgen a causa de la sobrecarga de trabajo, el estrés laboral y agotamiento
Se logra impactar positivamente frente a la relación directa con el paciente
El concepto de bienestar tiene una relación directa con la salud, definido por la Organización Mundial de la Salud como el estado de pleno bienestar, en donde el colaborador sanitario es consciente de sus capacidades para afrontar los contratiempos normales de la cotidianidad que se presentan durante el ejercicio profesional.
Según el portal “Médico Sin Fronteras”, se estima que a nivel mundial hay 450 millones de personas con trastornos de salud mental y, en promedio, una de cada cuatro presentan un desbalance emocional en algún momento de su vida. Estos números hacen ver la necesidad de identificar los riesgos e implementar estrategias de prevención efectivas que permitan tener una mejor experiencia laboral, donde el entorno y las condiciones sean saludables para los profesionales médicos.
Retomando la declaración sobre el bienestar de los médicos, expuesta por la Asociación Médica Mundial, existen barreras y oportunidades que afectan y tienen vínculo directo con el bienestar médico, entre los que encontramos:
El profesional médico está expuesto a las expectativas desbordadas de los pacientes y la opinión pública, debido a su exigente formación y al fuerte sentido del deber que confiere cuando ejerce y cumple su responsabilidad en una comunidad específica. Esto genera una presión silenciosa, lo cual conlleva a una exigencia superior y a caer en una competencia de superación.
Las altas expectativas hacen que otras prioridades tengan más peso en comparación con el bienestar propio, esto gracias a sentimientos de culpa, inferioridad o incluso egoísmo al preferir los asuntos de menor relevancia.
El bienestar y la salud psicológica de los trabajadores médicos se pueden ver afectados por razones de gran impacto como:
Las condiciones de trabajo (entorno, herramientas, infraestructura, entre otros puntos)
Demanda laboral
Exceso de horas trabajadas
Maltrato y falta de garantías profesionales
La suma de estos puntos generan sentimientos de agotamiento, desmotivación y poca satisfacción, lo que puede aumentar los niveles de estrés y afectar la vida personal o escenarios externos que suele habitar el profesional de la salud en sus tiempos libres.
Adicional a eso, la Asociación Médica Mundial recalca que quienes están iniciando su camino profesional pueden verse afectados por tres factores difíciles de evadir:
La posición de jerarquía médica, es decir, el tener menos experiencia los hace sentir incompetentes o indefensos frente a los “superiores”
Las situaciones emocionalmente difíciles y traumáticas que incluyen: lesiones, complicaciones o deceso de pacientes
La exposición a riesgos físicos como factores biológicos, infecciones, radiaciones, ergonomía, entre otros
Los médicos suelen ocultar las enfermedades o las sensaciones de dolor, prefiriendo no pedir ayuda ni aceptar la incapacidad de cumplir con cierta tarea, este comportamiento se puede atribuir a distintas razones:
Negación de la enfermedad
Poner la privacidad por encima de todo
No querer ser paciente
Temor a represiones disciplinarias
Temor a pérdida de privilegios profesionales
Confianza en el autocuidado
El Dr. Efraín Noguera Alfonso, profesor clínico de la Facultad de Medicina de la Universidad de los Andes, en la charla: “Bienestar mental para trabajadores de la salud en tiempos de pandemia”, manifiesta que es importante reconocer las emociones y tener un espacio para expresarlas tanto en el entorno laboral como profesional.
Tener un espacio exclusivo para medidas de autocuidado: técnicas de respiración, ejercicio de reconocimiento y autoconciencia.
Destinar un momento del día para los hábitos saludables: actividad física, ejercicios recreativos, tiempo de descanso, entre otros.
La Organización Mundial de la Salud recomienda poner en práctica estrategias de promoción y prevención en el campo de la salud mental.
Derivar a tratamientos médicos, asesorías, redes de apoyo o programas de salud para médicos que se enfoquen en su bienestar en todos los ámbitos.
Enfrentar la angustia, ansiedad, incertidumbre, depresión, el agotamiento laboral entre otros sentimientos con cambios en la rutina cotidiana.
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Fuentes: