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El campo de la medicina se ha enfrentado a múltiples cambios, pero su propósito siempre ha estado enfocado en el bienestar del paciente. De acuerdo con la Sentencia T-401 de 1994, se afirma que la relación médico-paciente es de confianza y no de autoridad, estando regida y respetada por los principios de la competencia científica del médico y el consentimiento de la persona atendida.

Esta relación es fundamental para garantizar el éxito de un procedimiento o tratamiento médico, ya que un buen ambiente y un vínculo fortalecido facilitará el proceso que se esté llevando a cabo. Sin embargo, de acuerdo con la Ley 23 de 1981, existen múltiples factores que pueden generar la ruptura de este relacionamiento, entre los que se destacan:

  • El paciente se rehúsa a cumplir las indicaciones prescritas

  • Obligar al profesional de la salud a prestar sus servicios médicos para actos que sean contrarios a la moral

  • Existencia de condiciones que interfieran el libre y correcto ejercicio de la profesión

  • Entre otros.

Nueva llamada a la acción

Debido a lo anterior, desde la S.C.A.R.E. y FEPASDE queremos darte algunas recomendaciones para mantener una relación con el paciente que favorezca y permita tener un valor terapéutico durante la atención en salud… ¡Toma nota y sigue cada recomendación!

1. Asertividad en cada comunicación con el paciente

 

De acuerdo con el portal Urología basado en evidencia (UBE) y citando al psicólogo Carl Rogers, se sugiere que los profesionales médicos puedan mostrar tres características durante la atención y relacionamiento con el paciente: aceptación, comprensión y congruencia.

Es importante que la conversación se aborde adecuadamente, de tal manera que el paciente se sienta cómodo y se pueda formalizar un proceso comunicativo eficaz, fluido y asertivo.

 

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2. Comenta las alternativas terapéuticas según la realidad del paciente

 

Relación paciente con personas de la salud

La Revista Peruana de Ginecología y Obstetricia cita a Bergsma J, Director del Dpto. de Psicología Médica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Utrecht, Holanda, en donde se define la relación médico-paciente como un proceso en conjunto para tomar decisiones que impacten positivamente en el estado de salud de la persona que recibe la atención.

En dicho proceso de comunicación existe un intercambio, el paciente expresa sus valores y expone su patología o sintomatología y el médico también demuestra sus valores y su competencia científico-técnica. Luego de entender y conocer el estado del paciente, se deben ponderar las alternativas terapéuticas y explicarlas con total claridad para que la persona entienda los beneficios y riesgos que se pueden presentar de acuerdo con el tratamiento, procedimiento o acción médica propuesta para combatir la enfermedad.

En este espacio no solo se deben considerar factores biológicos y médicos sino los sistemas de valores que se expresaron desde el momento inicial. De acuerdo con la percepción de Bergsma, se recomienda seguir tres etapas:

  • Etapa 1: Ordenar la jerarquización de posibilidades

  • Etapa 2: Priorizar los criterios que se hacen bajo la objetividad médica del profesional de la salud responsable de la atención

  • Etapa 3: Elegir la opción terapéutica ideal según el diagnóstico del paciente y después de dar a conocer los beneficios y riesgos

3. Mantener una empatía constante sin relacionamiento emocional

 

Es importante que el profesional en salud mantenga empatía y cercanía con el paciente para liberarlo de la tensión y hacer más amena la atención en salud. Aunque es importante mencionar que el nivel de empatía debe ser medido porque, de acuerdo con Coloplast, intervienen dos dimensiones: la fase cognitiva y afectiva. La primera es saber lo que quiere el otro y la segunda es sentir lo que la otra persona siente.

Por esta clasificación se recomienda que el profesional tratante mantenga una distancia desde la emoción durante el procedimiento médico para evitar lo que se conoce como “contagio emocional”, ya que la acumulación de este sentimiento puede afectar su vida personal y laboral o incluso causar el deterioro de la relación con el paciente.

4. Adaptar la cultura bioética

 

Cómo fortalecer la relación entre el personal de la salud y el paciente

Según la revista Médica Electrónica en su artículo: “La relación médico-paciente: el desarrollo para una nueva cultura médica”, la cultura bioética se enfoca en perseguir un desarrollo moral creciente y consciente para enfrentar de manera racional y fundamentada las situaciones que se puedan diagnosticar durante la atención en salud.

Este proceso implica aplicar los avances científicos y tecnológicos, promover la participación de actores que puedan aportar en la situación y establecer criterios o normas que faciliten el acercamiento entre las diferentes posiciones, buscando el mayor beneficio de quienes participan en el debate y del paciente.

La bioética favorece una nueva cultura y a las prácticas médicas porque:

  • Contribuye a la formación de los médicos, promoviendo el respeto a la vida y a los valores universales.

  • Promueve una cultura de consenso y análisis entre diferentes grupos en pro de un beneficio para el paciente o profesional.

  • Favorece mecanismos para una adecuada relación entre el médico y paciente a través de principios como: autonomía, beneficencia, la no maleficencia y la justicia.

  • Impulsa una actitud de reflexión, deliberación y discusión multidisciplinaria frente a temas con relación directa a la salud humana.

5. Bríndale confianza al paciente desde el momento inicial

 

Durante la atención en salud se recomienda manejar la gestualidad, por ejemplo: brindar una sonrisa para hacer sentir cómodo al paciente y darle la confianza suficiente para que se exprese con facilidad, sin temor ni presiones. La idea es que sean pequeños espacios para que la persona atendida se suelte, de tal forma que se comprendan las razones de la consulta médica o de su sintomatología a la mayor brevedad .

Es importante no entrar en confianza ni abordar temas de alta sensibilidad para evitar malas interpretaciones por parte del paciente. Además, es necesario analizar la personalidad y temperamento de la persona para identificar el abordaje que puedes tener y así no sobrepasar los límites de relacionamiento.

En conclusión, el médico puede definir su metodología para atender al paciente y darle la seguridad necesaria que conlleve al éxito durante el proceso comunicativo, pero es importante que considere los cinco momentos principales de una relación clínica:

  • Momento cognoscitivo: integra las operaciones que permiten conocer la enfermedad (diagnóstico nosológico), al paciente y lo que debe afrontar con esta patología (diagnóstico clínico) y el avance que ha tenido y las posibles consecuencias que se pueden presentar a futuro (pronóstico).

  • Momento afectivo: es la oportunidad para expresar las emociones y sentimientos derivados de la atención médica.

  • Momento operativo: corresponde a la conducta y procedimientos que ejecuta el médico durante la atención en salud.

  • Momento ético: es el cumplimiento de las normas que regulan la actividad del médico durante la atención.

  • Momento histórico: se relaciona con aspectos sociales del paciente, médico, de la enfermedad y propias de la atención en salud.

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Tags: atencion al paciente

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