El personal de la salud frecuentemente está inmerso en situaciones o escenarios de alto impacto emocional, como por ejemplo: la pérdida de un paciente, enterarse de situaciones irreparables y encontrar la forma de comunicarle una mala noticia a los familiares del afectado. Las reacciones que pueden desencadenar estas vivencias y la forma de asumirlas se consideran: duelo.
De acuerdo con artículo: “El duelo y cómo dar malas noticias en medicina”, publicado en la revista científica Anales, el duelo es definido como una respuesta natural a la pérdida de alguien o de algo. En dicha editorial se citan algunos autores como:
Bowlby: define el duelo como aquellos procesos psicológicos que se ponen en marcha una vez se presenta la pérdida del ser querido.
Pangrazzi: este autor relaciona el duelo con una matriz que reúne las respuestas frente a la separación de ambientes, bienes materiales, roles sociales, valores afectivos, lazos afectivos, la salud y personas queridas.
Bucay: relaciona el duelo con el momento para valorar la importancia de lo perdido y experimentar libremente el dolor que ha ocasionado.
Según el manual para el afrontamiento y soporte del duelo en profesionales de la salud, publicado por la Facultad de Medicina de la universidad Católica de Chile, los profesionales sanitarios que tuvieron relación con pacientes antes de su fallecimiento deben afrontar lo que se conoce como: duelo profesional.
Esta clase de duelo es el que sufre el profesional de la salud en su condición de humano, teniendo afectaciones de tipo emocional, físico y mental, a causa de una pérdida o ausencia de alguien que tuvo un significado especial.
Partiendo de estas definiciones, desde la S.C.A.R.E. y FEPASDE queremos brindar algunas recomendaciones, con sustento científico, para afrontar el proceso de duelo de forma asertiva, consciente y sincera… ¡Toma nota y no te pierdas ningún detalle!
Tras el deceso de un paciente se hace necesario dar por terminado el vínculo que se afianzó durante el proceso médico. Esta fase del duelo permitirá expresar con libertad emociones y sentimientos reprimidos, garantizando un pequeño descanso interior y la posibilidad de sobrellevar sensaciones de decepción, pena, angustia y percepción de fracaso después de la pérdida.
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Sin duda, para cualquier profesional que esté atravesando por un proceso de duelo, es fundamental y de vital importancia sentir respaldo y apoyo de las personas más cercanas de su entorno. Este acompañamiento se convierte en un factor de protección frente al desgaste emocional, devolviendo la confianza y llenando de fortaleza para que se sienta en la capacidad de retomar sus obligaciones laborales.
Es importante que el profesional de la salud involucrado en el proceso del duelo pueda desahogarse las veces que lo vea necesario. Hablar con una persona de confianza y llorar mientras se expresa es una buena terapia de liberación que permitirá ir soltando el sentimiento de dolor y culpa.
En el artículo: “Percepción de apoyo en duelo por profesionales y técnicos de cuidados intensivos pediátricos de hospitales públicos”, publicado por la revista Chilena de Pediatría, se afirma que varios estudios han demostrado la necesidad de abrir espacios de acompañamiento y/o capacitación sobre temáticas que aborden la muerte, promoviendo una reflexión sobre los miedos existentes y el verdadero significado de las situaciones causantes del duelo.
Este punto permite deducir que en el sector salud se requieren escenarios para enfrentar los duelos al interior de los equipos de trabajo, dándole sentido a la labor realizada y promoviendo estrategias de autocuidado profesional.
Además, este punto conlleva a un mejoramiento comunicacional entre los miembros del equipo, creando un ambiente de confianza, ameno, favorable para la toma de decisiones y valioso para la liberación del estrés.
El soporte espiritual le permitirá al profesional de la salud ser consciente de la situación, entender el sentido de la vida y valorar la labor que realizó con el paciente, disminuyendo notablemente los sentimientos de frustración, fracaso e impotencia. La práctica del Mindfulness o de terapias bioenergéticas son alternativas que permitirán despejar la mente, focalizar la concentración en el momento presente y alcanzar la tranquilidad plena.
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Si el profesional de la salud empieza a sentir la sintomatología producida por el duelo, es importante que pueda recibir asesoría de un psicólogo o mentor que le brinde confianza para abordar este proceso. El objetivo de este acompañamiento se debe centrar en los aprendizajes que dejó la situación de alto impacto, tanto en lo profesional como en lo emocional, reduciendo el sentimiento de culpa o frustración.
Estos espacios son propicios para guiar al personal de la salud e instruir sobre la aceptación del duelo, de tal forma que en un futuro puedan apoyar a los profesionales de menos experiencia en situaciones similares.
La Clínica Mayo, en su apartado relacionado con atención al paciente, menciona que el duelo puede venir acompañado de algunos síntomas o signos, tales como:
Tristeza profunda, dolor y pensamientos acerca de la pérdida del paciente.
Falta de concentración en actividades del día a día.
Atención extrema a los recuerdos del paciente o la anulación excesiva de los recuerdos.
Deseo o añoranza por el difunto.
Problemas para aceptar la muerte
Distanciamiento o preferencia por la soledad.
Resentimiento por la pérdida.
Sentimiento de que la vida no tiene sentido ni propósito.
Falta de confianza en otros.
Incapacidad para disfrutar la vida o para recordar las experiencias positivas.
Si el duelo pasa a ser catalogado como “complicado” puede presentar complicaciones que se manifiestan con los siguientes síntomas:
Depresión.
Pensamientos y conductas suicidas.
Ansiedad, vinculado con el trastorno de estrés postraumático.
Alteraciones significativas del sueño.
Riesgo de contraer enfermedades físicas, cardíacas, cáncer o presión arterial alta.
Dificultad para sobrellevar tareas cotidianas, mantener relaciones y realizar actividades laborales a largo plazo.
Consumo de alcohol y nicotina o abuso de sustancias.
El resultado de todas estas acciones se irán viendo de forma progresiva, no habrán resultados inmediatos, pero sí un nivel de consciencia y aceptación mucho más racional con el paso del tiempo. Lo importante es comprender lo que ya no está, dejar de estar en el pasado, asumir el presente y enfocar esfuerzos en la realidad. Si esto se logra, podremos decir que el duelo ha sido superado.
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