En la profesión médica es común enfrentarse con situaciones adversas de alto impacto, abriendo la necesidad de fortalecer las habilidades comunicativas para informar estos acontecimientos. De acuerdo con el artículo de Ramírez-Ibáñez MT, Ramírez-de la Roche OF: “Cómo comunicar malas noticias en la práctica médica”, una mala noticia se define como aquella que altera o cambia la perspectiva del paciente y su familia.
Por su parte, Herrera et al (2014), señala que dar una mala noticia al paciente o a su familia implica que se pueden destruir las esperanzas, los sueños, el estilo de vida y la proyección hacia un futuro, razón por la cual, el médico debe contar con altos niveles de comunicación asertiva tanto de manera verbal como no verbal para comunicar de la manera más tranquila posible.
En el siguiente artículo encontrarás algunas recomendaciones que deberías tener en cuenta al momento de dar una mala noticia en el sector salud… ¡Recopila, apropia y aplica cada sugerencia!
Según el artículo: “Comunicación de malas noticias: perspectivas desde la anestesiología'', publicado por la revista Chilena de Anestesia, para llevar a cabo este proceso comunicativo se requiere adquirir conocimientos, habilidades y actitudes, los cuales se van forjando mediante el estudio, la enseñanza y/o experiencia.
La adquisición de estas habilidades necesita la combinación de tres actos irremplazables: observar, estudiar y practicar. Todo empieza con saber afrontar la situación y dirigirse al paciente demostrando seguridad, confianza y el deseo de apoyar al afectado de forma incondicional.
Así mismo, es importante mencionar que las habilidades comunicativas son un complemento en las habilidades científico técnicas del profesional médico, pero apropiarlas durante su experiencia garantizará los siguientes beneficios:
Evitar manifestaciones que puedan ser mal interpretadas o que expresen incomprensión, indiferencia, juzgamiento o subestimación.
La relación médico-paciente, si está fortalecida, puede influir en los resultados esperados en la salud física, mental, funcional y subjetiva de quien recibe la atención en salud.
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Existen diferentes protocolos que son utilizados a nivel internacional para que el proceso de brindar una mala noticia no sea tan tormentoso para el paciente, el primero de ellos se denomina SPIKES, desarrollado por Barley Buckman en la Universidad de Toronto, el cual menciona algunas recomendaciones que te compartiremos en este espacio:
Es importante tener en cuenta cuáles son las condiciones del lugar donde se brindará la noticia y, adicionalmente, ser cauteloso y anticipar lo que se le comunicará al paciente.
Ensayar previamente lo que se quiere decir
Escoger un lugar que dé tranquilidad, te sugerimos tener el celular en silencio, pañuelos a la mano y no recibir llamadas
Preguntar si el paciente quiere estar acompañado
Demostrar buenas habilidades de escucha
Mantener contacto visual, asentir, tocar el brazo y mostrar apoyo
Se considera relevante que indagues acerca de lo que conoce el paciente sobre su diagnóstico, esto te permitirá tener una visión general del conocimiento que tiene de la situación. Analiza estos interrogantes:
¿Cuánto saben? ¿Qué percepción tienen de la situación?
¿Qué te han dicho hasta ahora?
¿Saben por qué se ordenó algún examen específico?
¿Te preocupa que pueda ser algo serio?
Invita al paciente a que hable sobre la información que necesita saber para comprender el estado actual de su situación. Además:
Brinda la información que el paciente y su familia consideren útil
Si el paciente lo requiere, comparte información detallada respecto al pronóstico, detalles de la enfermedad, etc. Otros prefieren no saberlo y será respetable su decisión (mecanismos de defensa)
Hacer que el paciente comprenda la información que se le está brindando es una tarea que el profesional debe garantizar, sin embargo, cuando se da una mala noticia la persona puede estar en estado de shock, lo que podría dificultar sus niveles de comprensión, razón por la cual, se sugiere seguir las siguientes recomendaciones:
Advierte al paciente que viene una mala noticia para intentar reducir el impacto.
Ten sensibilidad al momento de dar la noticia, por ejemplo:
Pregunta al paciente si comprende la información
Utiliza un lenguaje claro y fácil de entender
Entrega la información por partes y repite si es necesario
Evita expresiones como: “Tiene un cáncer tan malo que si no se trata inmediatamente causará la muerte” o “no hay nada más que podamos hacer por usted”
Es primordial mostrar empatía y brindarle seguridad al paciente. Ponerse en su posición es clave para entenderlo y aceptar sus emociones. Si hay sentimiento de temor, exprésale su apoyo, ponte a su servicio o respóndele sus dudas. Es importante tener precaución con la comunicación no verbal y gestual, es un factor importante para mostrar convencimiento y seguridad frente a las alternativas terapéuticas que se proponen.
Reconoce las emociones y reacciones del paciente y su familia, como por ejemplo: el silencio, incredulidad, llanto, negación, rabia, entre otros.
Debes observar, escuchar y ser empático. Utiliza expresiones como:
“Desearía que las noticias fueran mejores”
“Obviamente estas son noticias estresantes”
Finalmente, se recomienda resumir toda la información para saber si el paciente comprendió todo. Además, realiza lo siguiente:
Sintetiza con claridad la información
Haz que el paciente repita la información con el propósito de saber si comprendió
Antes de brindar el plan de tratamiento, es importante validar si están preparados para la discusión y/o conversación
También se encuentra el protocolo realizado por Bennett & Alison, donde también se señalan algunas recomendaciones a tener en cuenta mientras se transmite una mala noticia.
Finalmente, el éxito de saber brindar una mala noticia radica en establecer objetivos desde el inicio, razón por la cual, te aconsejamos tener en cuenta lo siguiente:
Entrega información clara y exacta para tomar decisiones y planificar el futuro.
Persuade al paciente para que adopte las recomendaciones
Minimiza el estrés del paciente
Promueve la satisfacción del paciente e involúcralo en la toma de decisiones
Mantén el optimismo del paciente: adaptación, honestidad y realismo
Minimizar el disconfort del personal de la salud
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