De acuerdo con las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud, citadas en el documento: “Las enfermedades crónicas no transmisibles y la pandemia por COVID-19” publicado en la revista Finlay, son más de 40 millones de personas que fallecen por enfermedades no transmisibles (ECNT) a nivel mundial.
Algunas de las principales causas de muerte son:
Por enfermedades cardiovasculares fallecen hasta 17,7 millones de personas cada año.
Por causas relacionadas con el cáncer han fallecido 8,8 millones de personas.
Por enfermedades respiratorias han sido 3,9 millones de personas.
Y se calcula que por diabetes se han presentado 1,6 millones de decesos.
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Estas cifras han tenido un incremento a causa de la pandemia actual que ataca con mayor fuerza a quienes tengan comorbilidades de base, en el mismo artículo se menciona que la Agenda de Salud Sostenible para las Américas 2018-2030, en el objetivo 9, confirma que un propósito fundamental es reducir la carga de las enfermedades no transmisibles.
La pregunta aquí es: ¿cómo se puede reducir esta carga? En el manual: “Abordaje integral de personas con Enfermedades Crónicas No Transmisibles”, publicado por la Dirección de Promoción de la Salud y Control de Enfermedades No Transmisibles, se impulsa el modelo de atención de personas con enfermedades crónicas, propuesto por Eduard Wagner y que ha sido impulsado por la Organización Panamericana de la Salud, el cual presenta una atención integral bajo seis componentes:
Se estima que la mitad de personas con enfermedades crónicas no reciben una atención adecuada, lo que evidencia la necesidad de garantizar un servicio oportuno a través de tres aspectos de alta importancia:
Este punto busca la priorización de temas como la asignación de recursos, una estrategia que reduzca la fragmentación del sistema, mejorar la accesibilidad, reforzar temas relacionados con la equidad e integrar las acciones que ofrecen distintos programas de salud.
En esta fase es importante que el personal de la salud identifique la normativa que rige en cada país y los programas que mantienen vigencia en su jurisdicción, facilitando la atención y/o tratamiento de este grupo de enfermedades.
Deben haber líderes en todos los niveles de las instituciones prestadoras de salud que promuevan e impulsen una atención segura, humana y de alta calidad.
Es recomendable implementar un modelo de mejora de la calidad en el sistema de atención en salud que permita desarrollar, probar y poner en práctica cambios para evaluar el grado de mejoría que surta la puesta en marcha del modelo propuesto.
Un servicio de salud que se especialice en tratar y orientar a pacientes con enfermedades crónicas debe considerar lo siguiente:
Promover y facilitar que el personal de salud pueda realizar controles periódicos.
Ajustar el tratamiento las veces que sea necesario.
Poner en práctica medidas preventivas.
Fomentar la educación para el automanejo de la enfermedad.
Es importante mencionar que los controles periódicos pueden realizarse en consultas grupales o por medio de interacciones que se apoyen en las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs).
En el manual citado anteriormente se comunica que estos pacientes deben ser abordados con un enfoque biopsicosocial, es decir, un análisis de los factores biológicos, psicológicos y sociales que tienen influencia sobre la persona, esto implica que se debe contar con un equipo interdisciplinario con funciones y tareas claramente definidas.
Además, el profesional de la salud, en la medida de lo posible, debe contar con un sistema de registro para detallar la historia clínica, tener una jornada adecuada que le permita hacer los seguimientos de cada paciente, contar con un programa de automanejo y tener la posibilidad de acceder a medicamentos esenciales.
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Uno de los pilares que debe tener en cuenta el Talento Humano en Salud es la apropiación del sistema de información clínica, el cual permitirá organizar los datos clínicos de los pacientes para proveer el servicio médico requerido a tiempo, de forma eficiente y efectiva, facilitando la identificación de grupos con necesidades específicas y la planificación de una atención en salud integral para los mismos.
En el sistema de información clínica se debe consagrar la siguiente información:
Información demográfica.
Historial de consultas.
Informe sobre la formulación de medicamentos.
Intervenciones pendientes.
Resultados de laboratorio.
Entre otros.
Cuando la persona que sufre una enfermedad crónica conoce cuáles son las repercusiones y las consecuencias que se puedan presentar a futuro, se sentirá más comprometida con el automanejo y tendrá la capacidad de tomar las mejores decisiones en torno a su estado de salud.
El profesional encargado jugará un papel muy importante, ya que en sus funciones estará la acción de promover la participación del paciente en los tratamientos recomendados, brindar información y explicar las sugerencias para controlar la enfermedad.
El paciente que padece de una enfermedad crónica debe recibir acompañamiento del personal de la salud y contar con las herramientas necesarias que le permitan:
Tomar las mejores decisiones.
Controlar la enfermedad.
Preservar su calidad de vida.
Los programas de automanejo deben enfocarse en el paciente y su familia, de tal manera que el entorno de la persona pueda asimilar la situación de forma consciente y receptiva.
La educación sistemática y el empoderamiento desarrollan la capacidad del paciente para manejar por sí mismos su condición y, en la medida de lo posible, prevenir complicaciones a futuro.
El personal de la salud podrá ayudar a la persona para que fije metas, planifique acciones y resuelva problemas. Este apoyo se puede brindar en consultas individuales, sesiones grupales o a distancia a través de las TICs.
Es importante que las organizaciones comunitarias de salud brinden apoyo a los pacientes con enfermedades crónicas, complementando la atención que brindan las entidades de salud. El personal sanitario tendrá que identificar los recursos con los que cuenta la comunidad para tratar y apoyar a quienes tengan una ECNT.
Un profesional en salud debe contar con los recursos y las herramientas necesarias para tratar, orientar y apoyar a la persona que sufre de una enfermedad crónica. Este tipo de pacientes requieren un seguimiento continuo y el diagnóstico de tratamientos efectivos que controlen la afección.
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