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De tiempo atrás los abogados que hacen parte del equipo jurídico de la S.C.A.R.E han venido insistiendo en la importancia de la historia clínica y el consentimiento informado como elementos esenciales en la estructuración de las demandas contra profesionales de la salud y de las contestaciones que se estructuran en defensa del acto profesional.
Es evidente que la historia clínica, desde la expedición de la resolución 1995 de 1999, tiene una función protagónica, principal y, si se quiere, esencial para el funcionamiento de todo el sistema, su propósito es fungir como un documento privado sometido a reserva en el que se consigna información relacionada con el estado de salud del paciente y la atención que se la ha brindado, con el objetivo de garantizar la pertinencia, oportunidad, seguridad y calidad de los servicios.
Pero al lado de esta función principal emerge otra secundaria que no es menos importante, la cual plasma la utilidad de este documento como elemento basilar de la estrategia de defensa, pues sin historia clínica finalmente no hay forma de reconstruir los hechos y el contexto de atención que justifican el proceder de los profesionales.
Son finalmente las circunstancias, en gran parte, las que hacen que un acto profesional se encuentre o no ajustado a la lex artis, pues lo que pudiera ser una franca negligencia en Bogotá, puede que sea la única alternativa en el Guaviare, o lo que pudiera ser un gold estándar de atención en 1990, seguramente también será, al menos reevaluado, llegados al año 2020.
No por nada se ha dicho que los hombres inventamos la escritura para darle permanencia a lo imaginado y, en este caso particular, los hechos son igualmente susceptibles y vulnerables a la inflexibilidad del tiempo y las debilidades de la memoria.
Idénticos razonamientos caben con respecto al consentimiento informado que desde que se abandonó ese relacionamiento vertical que caracterizaba la relación médico - paciente y se estructuraron relaciones más horizontales basadas en el respeto de los derechos fundamentales de los pacientes, se convirtió en un eje fundamental no solo de la atención en salud, sino de los más enconados debates jurídicos que se despliegan en el seno de los procesos judiciales.
Y es que al igual que a la historia clínica, al consentimiento informado le pertenece una función principal relacionada con el respeto de los derechos de autodeterminación del paciente, quien con la información oportuna y claramente suministrada por el profesional materializa su derecho a decidir y otra función secundaria relacionada con un criterio para poder definir, en el marco de una atención, quién asume los riesgos previstos o inherentes a la atención.
En cuanto a la segunda función es claro que sin la existencia del consentimiento informado queda a la deriva la respuesta acerca de: ¿Quién debe asumir los riesgos inherentes a los procedimientos? Pues ciertamente, y por escueta lógica, nadie puede asumir un riesgo que desconoce, lo cual, además de hacer al profesional responsable por la vulneración de los derechos fundamentales del paciente, lo convierte en una especie de “asegurador ad hoc” por los riesgos que en principio debería asumir, pero que, ante la inexistencia de consentimiento cualificado, debe, por principio de asignación, asumir quien los conoce a detalle.
Por lo anterior, se ha señalado que el consentimiento informado no solo es vital para garantizar el respeto de los derechos fundamentales de los pacientes, sino que es, cada vez más, un elemento esencial para garantizar la seguridad jurídica en el ejercicio de la profesión.
Ningún debate está cerrado en el campo de la ciencia ni en el mundo jurídico, pero es cada vez más cierto que el trabajo de defender a los profesionales de la salud exige una sana comunión entre nosotros y ustedes, porque, en los que compete con la responsabilidad profesional, hay discusiones que se pierden o se ganan antes de haber empezado.
En la S.C.A.R.E. y FEPASDE estamos comprometidos en seguir apoyando al Talento Humano en Salud. ¿Necesitas asesoría respecto a la historia clínica? ¿Tienes dudas sobre el diligenciamiento del consentimiento informado? Afíliate y accede a todos los beneficios que tenemos para ti.
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