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¿Cómo las instituciones de salud pueden fomentar el bienestar en sus trabajadores?

Escrito por Comunidad S.C.A.R.E - FEPASDE | 29/07/24 05:46 PM

Ansiedad, depresión, estrés, agotamiento: la mayoría de los profesionales de la salud conocen estos síntomas, pues la intensidad emocional inherente a su trabajo los expone a ellos con frecuencia. Si bien, la naturaleza de su labor los hace vulnerables a condiciones que pueden afectar su salud mental, esto no significa que las instituciones de salud deban resignarse a esta situación. Por el contrario, implementar estrategias que fomenten el bienestar en trabajadores puede generar resultados extraordinarios tanto para el personal como para la calidad de la atención que brindan a los pacientes.

La evidencia lo respalda: la Librería Nacional de Medicina de EE. UU. (National Library of Medicine) ha publicado estudios que demuestran que las estrategias de bienestar para el personal sanitario se asocian con mejoras en la productividad general, la tasa de rotación, el ausentismo laboral y la satisfacción del paciente.

¿Lo ves? Invertir en el bienestar del personal de salud no es solo un imperativo moral, sino también una estrategia inteligente para mejorar la atención médica en general. Si te interesa llevarlo a tu lugar de trabajo, aquí hay algunas estrategias efectivas que puedes implementar. 

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7 estrategias para fomentar el bienestar en trabajadores de instituciones de salud


#1 Identifica y evalúa las fuentes de estrés


Para combatir el estrés de manera efectiva, primero debes comprender qué lo causa. En las instituciones de salud hay muchos factores que contribuyen con este problema: demasiadas horas de trabajo, sobrecarga laboral, tareas administrativas, falta de autonomía, poca o nula comunicación, dilemas éticos y problemas personales. 
Las instituciones de salud pueden tomar medidas proactivas para identificar y evaluar estos factores de riesgo mediante la implementación de encuestas confidenciales, entrevistas, análisis de datos, grupos focales y otros métodos que ayuden a recopilar comentarios sobre las necesidades y desafíos del personal sanitario. 
Tomar acción a partir de la información obtenida es crucial. Es momento de enfocar esfuerzos en implementar soluciones que aborden las causas más urgentes de estrés, monitorear el impacto de las soluciones implementadas y mejoren las condiciones de trabajo.


#2 Brinda recursos para reducir el burnout 


Una vez identificada la raíz del problema, el segundo paso es brindar apoyo y recursos para fomentar el bienestar en trabajadores. Esto incluye iniciativas institucionales que brinden asesoramiento, coaching, mentoría, apoyo entre colegas y servicios de asistencia al empleado. El objetivo es que desarrollen habilidades y se armen de herramientas para enfrentar las condiciones de estrés, ansiedad, depresión y burnout a la que se ven constantemente sometidos. 
Además, se recomienda ofrecer programas de inteligencia emocional, mindfulness, desarrollo profesional, reconocimiento y retroalimentación constructiva, fortaleciendo sus habilidades, motivación y confianza. 

Igualmente, las instituciones de salud pueden adoptar políticas que promuevan el equilibrio entre el trabajo y la vida personal mediante horarios flexibles, tiempo libre y otros beneficios
para que el personal sanitario dedique tiempo a sí mismo y a sus familias.

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#3 Empodera al personal sanitario, impulsa su participación 


El tercer paso es valorar, respetar y empoderar al personal sanitario dentro de las instituciones de salud. Esto significa darles voto dentro de la toma de decisiones y construcción de sus políticas para aumentar su autonomía y sentido de propiedad. Por ejemplo, incluirlos dentro de la misión, visión y objetivos de la organización, con el fin de que se alineen con sus opiniones y perspectivas. 

Nunca está de más crear una cultura que fomente el bienestar en trabajadores, animarles a buscar ayuda cuando sea necesario y enseñarles a practicar el autocuidado.


#4 Promueve hábitos saludables 

Ninguno de los pasos anteriores se logran si no ánimas al personal de la salud a adoptar hábitos saludables que mejoren tanto su salud física como mental. Las instituciones pueden facilitar esto proporcionando gimnasios, programas de nutrición y actividades relacionadas con el bienestar en trabajadores. Estas oportunidades están diseñadas para inspirar a los médicos a mantenerse activos, comer saludablemente, dormir lo suficiente, meditar y disfrutar de pasatiempos que les ayuden a relajarse y recargar energías.

También es importante que las instituciones de salud enseñen al personal a reconocer cuándo podrían estar experimentando agotamiento y a entender la importancia del autocuidado. 

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#5 Mejora los espacios de trabajo

Las jornadas laborales en las instituciones de salud son extenuantes, el personal sanitario pasa más tiempo allí que en casa. Por ello, es fundamental que se sientan cómodos en sus puestos de trabajo. Crea y acondiciona espacios de descanso, provee equipos y recursos hospitalarios de calidad, evalúa y monitorea los materiales que el equipo necesita diariamente, dispone fuentes de agua y alimentación, y más.


#6 Define límites 

Es bueno fomentar la comunicación entre el equipo sobre los límites del trabajo y el cuidado personal. Esto significa establecer un diálogo abierto y honesto sobre la importancia de respetar el tiempo personal y profesional de cada uno. Hacerlo implica: 

  • Discutir qué se considera "trabajo" y qué se considera "cuidado personal", y establecer límites claros entre ambos.
  • Definir cuándo es aceptable interrumpir a alguien (por ejemplo, en caso de una emergencia) y cuándo no (por ejemplo, durante las horas libres o de vacaciones).
  • Informar al equipo sobre cuándo y dónde se planea realizar actividades de cuidado personal, como tomar un descanso, ir al médico o hacer ejercicio.

Hacerlo ayuda a fomentar el bienestar en trabajadores de instituciones de salud. 

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#7 Prioriza las horas de almuerzo 

Acostumbra al personal sanitario a reservar tiempo específico durante la jornada laboral para comer y descansar, considerándolo una parte esencial del trabajo en sí, no como un lujo o una pérdida de tiempo. Esto incluye: 

Alejarse del escritorio, las tareas y las responsabilidades laborales.
No trabajar mientras se come ni utilizar el tiempo del almuerzo para realizar otras tareas.
Realizar actividades que ayuden a reducir el estrés, mejorar el estado de ánimo y aumentar la concentración.


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