¿Sabías que el aire contaminado mata a 7 millones de personas cada año? La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que el aire que respiramos es cada vez más peligroso. Si no mata, al menos deja graves efectos en la salud, equivalentes al tabaquismo y mucho peores que el consumo excesivo de sal. De hecho, se cree que un tercio de las muertes por accidentes cerebrovasculares, cáncer de pulmón y cardiopatías se deben a este tipo de contaminación.
Pero, enfrentar la gravedad del problema es tan difícil como el problema mismo. Los contaminantes microscópicos del aire están por todas partes. 9 de cada 10 personas respira aire contaminado, incluso en ausencia de smog visible. Este aire sobrepasa las defensas del cuerpo y penetra profundamente en el sistema circulatorio y respiratorio, deteriorando el pulmón, corazón y cerebro.
Es posible que la magnitud de su peligro te genere un impacto particular por ser profesional de la salud. Sin embargo, para una persona sin conocimientos médicos, comprender la gravedad de la contaminación del aire y sus riesgos puede tomar más tiempo, especialmente si cuenta con poca información y educación al respecto.
Por eso, hemos preparado esta guía con el objetivo de que el personal sanitario desempeñe un papel fundamental en la educación sobre la contaminación del aire, permitiéndole intervenir de manera positiva en dicha problemática.
Muchos pacientes no comprenden los riesgos para la salud asociados a la contaminación del aire, e incluso, algunos desconocen por completo esta información. Por lo tanto, es fundamental que en la atención primaria o consultas médicas, se dedique tiempo a informar sobre las enfermedades respiratorias y cardíacas que pueden derivarse de este problema ambiental, abordando también la posibilidad de accidentes cerebrovasculares y cáncer.
Es importante adaptar la información al paciente que la recibe. Si se trata de un menor de edad (niño), un adulto mayor, población rural o paciente con enfermedad crónica (todos ellos grupos de riesgo), se debe hablar particularmente de los peligros que ya se han establecido entre su grupo y la contaminación del aire.
Algo muy ligado al punto anterior. Por desconocimiento médico u otros factores, algunos pacientes no dimensionarán la gravedad del problema que se les presenta. Por eso, es valioso que, al educarlos sobre la contaminación del aire y sus efectos, se acompañe la información con recomendaciones que les ayuden tanto a poner en práctica lo aprendido como a digerir el conocimiento de manera más sencilla.
Estas recomendaciones se les llama estrategias personales y propone un abanico de medidas que cada persona puede tomar para protegerse del aire contaminado y su salud en general. ¿Cuáles son? Toma nota de las siguientes:
Puedes recomendar a los pacientes que adopten hábitos de vida más saludables, como dejar de fumar, seguir una dieta equilibrada y realizar actividad física regular, lo que puede ayudar a reducir su susceptibilidad a los efectos nocivos de la contaminación del aire.
Igualmente, fomentar el uso de estufas y calentadores de bajo consumo en los hogares para reducir las emisiones de contaminantes del aire interiores.
Si bien no elimina la contaminación del aire en su totalidad, esta intervención sí puede ayudar a mitigar sus efectos en la salud. Educar a los pacientes es fundamental para que puedan reconocer los signos de alarma y dificultad respiratoria, especialmente en grupos vulnerables como:
Si quieres comprometerte de una forma más activa, puedes evaluar la posibilidad de asociarte con organizaciones comunitarias para llevar a cabo campañas de concienciación sobre la contaminación del aire y promover soluciones locales.
Igualmente, participar en iniciativas de defensa para abogar por políticas públicas que aborden la contaminación del aire y protejan la salud pública. También educar a los niños sobre la contaminación del aire en las escuelas.
Las políticas públicas ambientales en Colombia son bastante amplias, aquí te presentamos dos de las más sonadas este año.
La política busca reducir el consumo de plásticos de un solo uso mediante la regulación de su producción y uso, promoviendo alternativas más sostenibles.
Nuestro país ha establecido metas ambiciosas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y ha desarrollado estrategias para adaptarse a los impactos del cambio climático. Esto incluye la promoción de sistemas de transporte más limpios y la implementación de prácticas de agricultura sostenible.
En la Sociedad Colombiana de Anestesiólogos y Reanimación (S.C.A.R.E) y el Fondo Especial para Auxilio Solidario de Demandas (FEPASDE) nos aseguramos que el personal de salud mantenga un papel proactivo en todos los asuntos que afectan o interesan a su sector.
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