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Las agujas, el dolor, el frío, personas extrañas, lo desconocido… ¿Cómo culpar a los niños cuando manifiestan miedo ante una inminente visita al hospital? Para los pequeños pacientes, experimentar una consulta médica, incluso si solo es de rutina, puede ser motivo de mucho estrés y ansiedad. Para ayudarlos a superar esas sensaciones, la apertura, trato y disposición del personal de salud es fundamental.

La comunicación clara y adaptada a su nivel de comprensión, la validación de sus sentimientos y la creación de un ambiente amigable y participativo, son elementos esenciales para aliviar temores, generar confianza con pacientes jóvenes y fomentar una actitud cooperativa. ¿Cómo lograrlo? Echemos un vistazo a los consejos que compartimos a continuación.

Niños en el consultorio: 3 consejos para crear un entorno de atención médica amigable

Crear un entorno de atención médica amigable para los niños no solo ayuda a disminuir sus miedos, sino que también facilita una mejor cooperación durante las consultas y procedimientos.

 

A continuación, te compartimos tres consejos destinados a ayudar a los profesionales de la salud a generar confianza con pacientes jóvenes. Estas estrategias ponen el foco en la comunicación:

1.- Crear un espacio seguro

 

  • Ambiente acogedor: Adapta el entorno para que sea visualmente atractivo y acogedor para los niños marcará la diferencia. Decoraciones coloridas, muebles a su medida y juguetes pueden ayudar a crear un espacio donde se sientan más relajados y abiertos a la comunicación.
  • Acercamiento personal: Preséntate de una manera amigable y usa un tono de voz suave y pausado. Arrodillarse o sentarse para estar al mismo nivel de los ojos del niño puede hacer que se sientan más cómodos y vistos.

 

2.- Técnicas de comunicación efectiva

 

  • Preguntas abiertas: Utiliza preguntas que no se puedan responder con un simple "sí" o "no". Por ejemplo, interrogantes como "¿Cómo te sientes acerca de tu visita hoy?" o "¿Hay algo que te preocupe de estar aquí?" invitan al niño a compartir más libremente sus pensamientos y sentimientos.
  • Escucha sin interrumpir: Es crucial escuchar activamente lo que el niño tiene que decir sin interrumpir. Esto implica mostrar interés, hacer contacto visual y, ocasionalmente, repetir lo que han dicho para asegurarse de que se ha entendido correctamente.
  • Lenguaje adecuado para su edad: Adapta el lenguaje y las explicaciones a la edad y nivel de desarrollo del niño. Usar metáforas o comparaciones simples puede ayudar a explicar conceptos médicos complejos de manera que sean fáciles de entender.

 

3.- Promover la expresión

 

  • Ofrecer diferentes medios de expresión: Algunos niños pueden tener dificultades para expresarse verbalmente, especialmente si están ansiosos. Ofrece crayones y papel para dibujar cómo se sienten o utiliza muñecos para que demuestren lo que les preocupa, puede facilitar la comunicación.
  • Validar y aceptar todas las respuestas: Hazle sentir que todas sus preguntas, preocupaciones y sentimientos son válidos y dignos de ser compartidos, sin importar lo triviales que puedan parecer. Esto será vital en el proceso de generar confianza en los pacientes jóvenes.
  • Seguimiento constante: Mantener un diálogo a lo largo de la visita o tratamiento, preguntando regularmente cómo se siente el niño y si tiene nuevas preguntas o preocupaciones. Esto demuestra un interés genuino en su bienestar.

Algunos estrategias adicionales para generar confianza en los pacientes jóvenes

 

  • Hablar con claridad y preparación: Informar a los niños con claridad sobre lo que pueden esperar de su visita médica y sobre lo que sucede en cada momento será de gran ayuda. Recuerda que él es tu paciente y tiene todo el derecho a estar informado de lo que está sucediendo con su cuerpo y salud. El sentirse en control de lo que pasa empodera al niño y le da confianza.
  • Gestión de la ansiedad ante su privacidad: Para los niños y adolescentes, enfrentarse a situaciones en las que se sientan vulnerables, como un examen físico, puede ser especialmente intimidante. Para mitigar el estrés, explica previamente lo que sucederá y por qué es importante, pídele permiso para hacerlo sentir en control y mostrar respeto, asegúrate de proporcionar privacidad y de que un padre, madre o cuidador esté presente durante los procedimientos.
  • Gestión de la ansiedad de la madre y el padre: La ansiedad de madres, padres y cuidadores puede afectar a los niños, por lo que es importante manejarla de forma inteligente. Conversaciones privadas con los profesionales de la salud pueden ayudar a los adultos a expresar sus inquietudes sin transmitir estrés a sus hijos.
  • Involucrar al niño en el proceso: Permitir que los niños participen activamente durante la consulta puede hacerles sentir más en control. Puede ser tan simple como ayudar a sostener un instrumento o explicarles cómo funciona. Esto puede disminuir su sensación de vulnerabilidad.
  • Distraer y motivar: Llevar juguetes, libros o incluso utilizar dispositivos digitales puede ayudar a los niños a distraerse mientras esperan o durante procedimientos simples. Además, hablar sobre vacunas y otros procedimientos dolorosos de manera honesta pero tranquilizadora, y reforzar positivamente su valentía, puede hacer la experiencia más llevadera.

Consideraciones a tomar en cuenta según la edad del paciente jóven

El abordaje de los profesionales de la salud hacia los pacientes jóvenes debe adaptarse según la etapa de desarrollo y la edad del niño o adolescente. A continuación, se presentan algunas consideraciones clave para diferentes grupos de edad:

Recién nacidos y lactantes

Aunque estos pequeños pacientes no pueden comunicarse verbalmente, son muy receptivos al ambiente sonoro, el contacto visual y el tacto. Usar un tono de voz suave y realizar un contacto físico calmante puede ser reconfortante. 

 

Aquí, madre y padre son los principales comunicadores y cuidadores. Es esencial educarlos y tranquilizarlos, explicándoles cada paso del cuidado y procedimiento que se va a realizar en el bebé.

Preescolares

Utilizar un lenguaje claro y sencillo que el niño pueda entender, evitando términos médicos complicados. A través del juego, se puede explicar lo que va a suceder de manera que reduzca su ansiedad. Por ejemplo, "jugar al médico" puede hacer que los procedimientos parezcan menos intimidantes.

Escolares

A esta edad, los niños tienen mayor capacidad de comprensión y pueden participar más activamente en su atención. Involucrarlos en conversaciones sobre su salud y explicarles por qué ciertos procedimientos son necesarios puede ayudar a mitigar sus miedos. Responder a sus preguntas de manera honesta y alentar su curiosidad sobre su salud puede ayudar a construir una relación de confianza.

Adolescentes

Respetar su necesidad de privacidad y fomentar su autonomía es fundamental. Permitirles expresar sus preocupaciones y tomar decisiones sobre su atención médica (dentro de lo razonable) puede fortalecer su compromiso con el tratamiento. Igualmente, asegurarles que sus conversaciones son confidenciales y que tienen un espacio seguro para expresar cualquier preocupación, incluidas aquellas sobre su desarrollo y salud mental, marcará una diferencia.

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