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Si algo no tienen los profesionales de la salud, es tiempo. Es probable que las exigencias de la profesión limiten la posibilidad de informarte sobre distintas técnicas financieras y, más importante aún, de hacer seguimiento a tus propias finanzas. Sin embargo, la falta de control del presupuesto, inversiones y planes podría generar consecuencias negativas en tu economía. Es mejor que no esperes a que sea demasiado tarde. 

Hemos preparado para ti este artículo que te ayuda a diagnosticar, tratar y establecer tus propias estrategias de salud financiera, empezando (como todo buen diagnóstico) por los síntomas de alarma. Lee y toma nota. 

4 síntomas de una mala salud financiera 

#1 Ignoras las implicaciones financieras de tu profesión 

Como profesional de la salud tienes varias rutas disponibles para ejercer tu profesión, desde trabajar como empleados especializados en hospitales o clínicas hasta optar por una práctica privada autónoma. Cada opción presenta sus propios beneficios y desafíos, por lo que es importante que comprendas las repercusiones financieras que acompañan a cada elección profesional. 

Esto incluye considerar seguros de vida, planes de jubilación, planes educativos para los hijos, responsabilidades fiscales, seguro contra errores profesionales y otras eventualidades, así como inversiones. La mayoría de esto, seguramente lo ignoras. 


#2 Evitas abordar cuestiones de finanzas 

No eres el único en esta situación. El personal de la salud, debido a las exigencias diarias, suele tener dificultades para elegir a los expertos financieros adecuados, hablar sobre dinero con la familia, buscar orientación fuera de su especialidad y reconocer tus propias limitaciones, las cuales son comunes cuando te enfocas en una sola área profesional.


#3 Te sobre informas

Hay muchísima información en Internet, y no toda es confiable o correcta, especialmente cuando se trata de dinero, ahorros, inversiones o estrategias de salud financiera. Es fácil caer en el error de seguir consejos de fuentes no muy seguras, lo que puede llevarte a hacer malas evaluaciones económicas antes de tomar decisiones importantes. Créenos, sucede con frecuencia, generalmente porque no se analiza bien toda la situación o porque hay dudas sobre la veracidad de la información consultada.


#4 Ignoras los ciclos económicos y financieros

La economía y tus finanzas personales tienen altibajos, como periodos donde todo parece ir bien y otros donde no tanto. Si no tienes en cuenta esto, puedes acabar gastando más de lo que ganas, no ahorrando lo suficiente, poniendo todo tu dinero en inversiones arriesgadas, guardando dinero en cosas que no te dan ganancias, o comprando y vendiendo en el momento equivocado. Todo esto puede pasar si no manejas bien tu dinero.


Estrategias de salud financiera efectivas 

#1 Revisa y apunta todos tus gastos

Esto es clave para saber cómo estás gastando tus ingresos. Anota todo lo que pagas, no importa si es mucho o poco. Esto te da una imagen clara de tu situación financiera, mostrándote cuánto dinero entra y cuánto sale.

Hacerlo te ayudará a ver dónde podrías recortar gastos sin afectar tu calidad de vida o el de tu servicio, si manejas consultas independientes, ayudándote a usar mejor tus recursos. 

Este seguimiento te ayuda a evaluar: ¿qué tan rentable son tus ingresos comparando lo que ganas con lo que gasta? Si resulta que tus gastos son mayores que el dinero que percibes, tal vez sea momento de revisar y ajustar tus planes financieros.


#2 Mantén un equilibrio financiero 


Mantén un equilibrio entre lo que ganas y lo que gastas. Para hacerlo, debes llevar un registro de cuánto dinero recibes, por ejemplo, cuánto ganas por cada consulta que realizas, y esto te sirve para ver cuánto dinero estás percibiendo. Al mismo tiempo, debes apuntar tus gastos: ¿en qué se van tus ingresos? La idea es que siempre gastes menos de lo que ganas para no tener problemas financieros.

El control te ayudará a saber cómo puedes manejar mejor tu dinero, si estás cobrando lo justo por tus servicios y si tu espacio de trabajo es rentable. Si tienes consultas privadas, esto significa que podrás identificar qué servicios te generan más ganancias y cuáles no son tan populares o no te dejan suficiente beneficio. 

Con esta información, puedes decidir promover más los servicios más rentables o ajustar o dejar de ofrecer los que no te benefician tanto.


#3 Ahorra pronto y con frecuencia 


Te ayudará mucho crear un buen colchón de ahorro para emergencias. Contar con un fondo que cubra de tres a seis meses de tus gastos básicos en una cuenta de ahorro te prepara mejor ante gastos imprevistos, como problemas de salud o reparaciones de tu vehículo. 

Además, tener este fondo de emergencia te ayuda a evitar endeudarte, y eso es fundamental para tener éxito financiero a largo plazo.


#4 Consigue un seguro contra demandas

Es un seguro que esperas no usar, pero muy importante para cualquier profesional de la salud. Trabajar en este sector sanitario implica riesgos y existe la posibilidad de que los pacientes o sus familias tomen acciones legales si no están satisfechos con la atención o el tratamiento recibido. 

Según la Asociación Médica Estadounidense, 1 de cada 3 médicos enfrenta una demanda por responsabilidad médica en algún momento de su carrera, y este número sube a casi la mitad entre los médicos mayores de 55 años. Contar con un seguro de este tipo puede ayudar a manejar o incluso eliminar los costos asociados a estas situaciones legales que, por lo general, suelen ser bastante altos. 


#5 Busca una segunda opinión 

¿Se lo has recomendado a algún paciente? Las decisiones sobre el dinero, es similar a cómo se manejan las consultas médicas: no dudes en pedir una segunda opinión. Habla con personas de confianza y dedica tiempo a investigar para asegurarte que tus decisiones financieras sean las correctas. 


#6 Crea un plan pensando en el futuro

Primero, entiende tu situación financiera actual y luego piensa en lo que quieres lograr a corto, medio y largo plazo. Puede ser desde comprar una casa, financiar la educación de tus hijos, hasta asegurar una jubilación cómoda. 

Posteriormente, buscar el consejo de un asesor que pueda ofrecerte estrategias de salud financiera adaptadas a tu situación y metas. Basándote en sus consejos, haz los ajustes necesarios en tu forma de gastar, ahorrar e invertir. Esto puede incluir elaborar un presupuesto, reducir gastos innecesarios, aumentar tu tasa de ahorro o diversificar tus inversiones. 


#7 Revisa tus finanzas regularmente

Así como es importante hacerse chequeos médicos anuales, también lo es revisar y ajustar tus planes financieros con frecuencia. Esto te ayudará a detectar cambios en tus ingresos o egresos, controlar el progreso hacia tus metas, ajustar tu presupuesto, reducir gastos innecesarios, controlar inversiones y más. 

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Tags: Mujer y la niña en la ciencia, Mujeres en ciencia, Mujeres en medicina

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