La Organización Mundial de la Salud define el evento adverso como un daño no intencional que se le causa al paciente durante la atención en salud. En nuestro artículo: “Qué es el evento adverso y cómo lo debe afrontar un profesional en salud”, se menciona que las causas son múltiples, en donde se destaca principalmente:
Las condiciones generales del sistema
Temas de infraestructura
La OMS ha realizado varias campañas para disminuir la probabilidad de eventos adversos, teniendo en cuenta las cifras que se han presentado a nivel global:
El 50% de los casos presentados eran prevenibles.
En los grandes países, uno de cada 10 pacientes ha sufrido daños durante la atención hospitalaria.
En los países de ingresos bajos y medios se presentan 134 millones de eventos adversos al año.
4 de cada 10 pacientes sufrieron daños en la atención sanitaria primaria y ambulatoria a nivel mundial. El 80% de estos casos se consideran prevenibles.
Las causas más frecuentes de eventos adversos se relacionan con: diagnóstico, la prescripción y uso de medicamentos.
De igual forma, la OMS ha manifestado en reiteradas ocasiones que la responsabilidad no es únicamente de los profesionales de la salud, también hay gran participación de las autoridades sanitarias y de quienes velan por la gestión de los procesos, entre todos se debe conformar una cultura sólida de seguridad durante la atención en salud.
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Fernando Teles de Arruda, coordinador del campus Bela Vista de la Universidade Municipal de São Caetano do Sul (USCS) en Brasil, en el artículo: “Seguridad del paciente: cómo prevenir errores y eventos adversos en el hospital”, menciona que pensar en formas de minimizar la ocurrencia de errores y eventos adversos es un deber que está dentro de la gestión hospitalaria.
Es por esto que desde la S.C.A.R.E. y FEPASDE hacemos 5 recomendaciones para reducir la probabilidad de un evento adverso en los distintos escenarios que hacen parte de la atención en salud… ¡Toma nota!
Lo primero que debes hacer es identificar y conocer las guías y protocolos de la institución a la que perteneces, de tal manera que puedas seguir el conducto que allí se estipula.
Posteriormente, es de vital importancia organizar rutinas de trabajo, establecer etapas y delegar tareas en cada proceso que intervenga en la seguridad del paciente. Además, es necesario programar revisiones periódicas para identificar problemas y puntos de mejora.
De igual manera, es necesario designar el núcleo de seguridad del paciente, básicamente es el encargado de apoyar a quienes ejecuten las acciones de mejora en pro del paciente y bienestar del profesional. Implementar esta estrategia requiere la instalación de comisiones de defunción, registro clínico, medicamentos, entre otros, de tal forma que puedan obtener datos precisos desde estos ámbitos para que el núcleo ejecute sus planes de mejora.
El profesional en salud, como segunda medida, debe identificar al paciente y el procedimiento que requiere según el diagnóstico. En caso de requerir medicamentos, el personal tratante debe recordar el paso a paso para una correcta aplicación:
Revisar que la prescripción del medicamento esté correcta. (Medicamento correcto).
Revisar la etiqueta del medicamento y confrontar con la fórmula.
Verificar el nombre completo del paciente con sus dos apellidos, número de identificación y el registro de alergias. (Paciente correcto).
Confirmar la dosis usando una guía farmacológica. (Dosis correcta).
Confirmar que la vía prescrita es la indicada para el medicamento recetado. (Vía de administración).
Indicar la hora correcta de suministro.
Confirmar la frecuencia con la que el paciente debe tomar el medicamento.
Hacer seguimiento al paciente y a los efectos secundarios del medicamento.
Registrar dosis, dilución, hora y vía de administración.
Preparar el medicamento.
Administrar el medicamento.
Tener responsabilidad de la administración.
Es fundamental y obligatorio dejar registro en la historia clínica de cada actuación que el Talento Humano en Salud lleve a cabo con el paciente.
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La OMS ha buscado reducir el número de eventos adversos quirúrgicos a nivel mundial, es por eso que le recomienda al equipo clínico encargado del procedimiento tener en cuenta la lista de verificación, con el objetivo de mejorar la seguridad de las operaciones y disminuir el número de complicaciones y EA.
En la S.C.A.R.E. hemos adaptado la lista de chequeo salva vidas de la OMS en colaboración con la universidad de Nottingham para priorizar la seguridad del paciente y garantizar un procedimiento alineado y exitoso. ¿Quieres acceder a la lista de chequeo quirúrgico?
Es fundamental que las instituciones de salud implementen un sistema de gestión que les permita organizar y centralizar los datos de cada paciente. Este sistema ayudará a crear escenarios e identificar mejoras durante la atención y tener control de los procesos que se estén adelantando a favor del profesional encargado y sus pacientes.
Es importante que las entidades de salud programen espacios de entrenamiento para ofrecer la mejor atención en los procesos asistenciales, teniendo como enfoque la seguridad del paciente desde los procesos que llevan a cabo los trabajadores de la salud.
En Colombia, de acuerdo con el Ministerio de Salud, se han reglamentado varios programas de vigilancia, tales como:
Esta estrategia busca garantizar la seguridad de los pacientes y operadores a través de la identificación, recolección y gestión de los eventos adversos que presenten con las fallas de los dispositivos médicos.
Este programa busca el monitoreo respecto al uso de medicamentos, ya que la formulación y suministro de los mismos puede ser un factor potencial generador de eventos adversos.
Este programa busca implementar una serie de acciones epidemiológicas para detectar, registrar y analizar la información proveniente de los eventos adversos derivados de la donación sanguínea, como por ejemplo las transfusiones de sangre.
En conclusión, el profesional debe contar con los insumos necesarios y el respaldo de las instituciones prestadoras de servicios de salud para ofrecer una atención en salud de calidad, humanizada y responsable. Hacemos un llamado para seguir cada recomendación de forma rigurosa y disciplinada, velando por el bienestar y la seguridad del profesional y el paciente.
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